La mejor forma de aprender a encuadrar, es tener paciencia, ya que es necesario dedicar cierto tiempo a analizar todo lo que aparece en el visor.
Una vez que se ha decidido la posición, el ángulo y la distancia, se debe comprobar sin todo lo que aparece en el visor resulta necesario para la fotografía. De esta manera, si se observa que algo no favorece a la imagen, hay que cambiar la posición, o intentar modificarlo.
El entorno del motivo principal (los colores, la posición del sol...) es el principal aspecto que se debe controlar, ya que un entorno confuso cerca del motivo (fondos demasiado claros, colores llamativos...) pueden hacer que no se consiga una buena fotografía.
Asimismo, es igualmente importante el tema, es decir, el contenido de la fotografía, así como su género fotográfico (paisaje, retrato..). La mejor forma de definir el tema, consiste en incluir pocos elementos, ya que de esta manera se evita la confusión del espectador.
Finalmente, otro de los aspectos a tener muy en cuenta es la distancia a la que se toma la fotografía, siendo la más cercana la mejor opción. Esto es debido a que las tomas cercanas transmiten sensación de proximidad y calidez, siendo más espectaculares y potenciando el protagonismo del motivo. Además, resulta mas recomendable acercarse con la cámara que con el zoom en posición de teleobjetivo, ya que esto provoca una compresión de la perspectiva, y la imagen produce una cierta sensación de distanciamiento.